Por Marta Peñalver
Artículo publicado en la edición número 38 de la revista Misión, la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.
En torno a un 10 por ciento de la población sufre este trastorno causado por un conjunto de factores genéticos y ambientales. La doctora Marina Rodríguez, dermatóloga del hospital Quirón de Tenerife, afirma que “existen muchas teorías acerca de los agentes que provocan esta enfermedad, aunque los pacientes siempre tienen una predisposición genética a desarrollarla”. En cuanto a los factores externos, señala que “la teoría higienista ha tomado fuerza últimamente: muchos expertos coinciden en que el exceso de asepsia en nuestro entorno favorece el desarrollo de esta patología”. Pese a que la dermatitis atópica afecta sobre todo a la población infantil, durante los últimos años su incidencia en adultos ha aumentado de manera exponencial. Es probable que este incremento se deba a factores asociados al estilo de vida occidental como el aumento de la edad para concebir, la polución, el tabaquismo y la reducción de la lactancia materna.
Más allá de la piel
Hablar de dermatitis atópica es hablar de irritación, enrojecimiento y picor. No obstante, debemos recordar que esta enfermedad crónica conlleva también un fuerte impacto psicológico, en especial cuando aparecen erupciones en la cara y el cuello. “Sufrir dermatitis atópica puede provocar vergüenza y baja autoestima en el paciente. Quien padece esta afección evita, en ocasiones, salir a la calle y relacionarse con otras personas. Su vínculo con las emociones expone mucho a la persona afectada, cuyo estado físico puede empeorar por el estrés que provoca la enfermedad. Es importante afrontar este estrés y las emociones negativas para que el sistema inmune y, por tanto, la piel, mejoren”, nos cuenta Julia Vidal, psicóloga sanitaria y directora del centro de psicología “Área Humana”. Los pacientes deben aceptar esta dolencia con naturalidad y conocer bien las cualidades que poseen para apoyarse en ellas y contrarrestar el efecto negativo que pueda tener la dermatitis en su autoestima. Es importante llevar una vida normal y no taparse ni ocultar los efectos de la enfermedad por miedo al rechazo.
El rostro: nuestra mejor carta de presentación
Tal como afirma el dicho, la cara es el espejo del alma, y no sentirse a gusto con ella puede derivar en graves problemas de aceptación personal. Las zonas más afectadas por la dermatitis suelen ser los párpados, la zona de detrás de las orejas, las mejillas y los labios. Es importante mantener siempre la cara limpia e hidratada. Esto rebajará los brotes característicos de esta afección y reducirá el picor y la descamación. Debemos utilizar siempre productos adecuados a nuestra piel: evitar los que contengan parabenos, perfumes y conservantes, así como cualquier otro elemento que nos provoque alergia o intolerancia. Por otro lado, durante todo el año y, en especial, durante los meses en que aumenta la radiación solar y nos exponemos al sol con mayor frecuencia, es importante aplicar protección solar en todo el cuerpo y, particularmente, en el rostro. También debemos escoger los productos que más se adapten a nuestras circunstancias y seguir las indicaciones y consejos de nuestro médico.
Cuando el maquillaje es parte de la terapia
Las mujeres que tienen dermatitis suelen toparse con una dificultad añadida: encontrar cosméticos que respeten su piel y las hagan sentirse más seguras de sí mismas. Aunque la misión principal del maquillaje es embellecer, en ocasiones puede tener una verdadera función terapéutica. Poder minimizar, en determinados momentos, el efecto de las enfermedades cutáneas reporta un gran beneficio a la autoestima de la paciente. Elegir el producto adecuado es vital para no empeorar la piel y evitar alergias o intolerancias. Aunque maquillarse a diario está contraindicado para las personas con dermatitis, existen buenas opciones para poder hacerlo puntualmente. No hay que olvidar que maquillaje y belleza no tienen por qué ir de la mano, una mujer puede estar igual de guapa, o más, sin necesidad de utilizar ningún producto cosmético.
¿A dónde acudir?
El pediatra y el médico de cabecera están preparados para derivar a Salud Mental o a unidades específicas. En España, existe la unidad especializada del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús y el Instituto Centta, en Madrid, el Institut de Trastorns Alimentaris (ITA), en Barcelona, o la Unidad de Trastornos Alimentarios del Hospital General de Ciudad Real. Además, existen agrupaciones como la Asociación Española para el Estudio de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (AEETCA), o la Federación Española de Asociaciones de Ayuda y Lucha contra la Anorexia y la Bulimia nerviosas (FEACAB) y la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (ADANER).
CONSEJOS BÁSICOS PARA el día a día
- Hidratar la piel en abundancia
- Beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día
- No darse duchas muy largas ni con agua demasiado caliente
- Utilizar prendas de fibras naturales como algodón o lino
- Evitar el uso de lejía y suavizantes para lavar la ropa
- No frotar las zonas afectadas con esponjas o toallas
- Evitar rascarse para no empeorar las lesiones
- Mantener una temperatura suave en casa
Nuestra selección
Guardar los productos en el frigorífico hará que su aplicación en frío calme más el picor y la irritación
LA ROCHE-POSAY cuenta con la gama de productos Toleriane específicos para el cuidado y el maquillaje de pieles sensibles.
DUCRAY formula productos para pieles muy secas o atópicas. Su línea Ictyane proporciona alivio desde el primer día.
LETI ofrece la línea letiAT4, dedicada al cuidado de la piel más sensible y a la prevención de problemas dermatológicos.
ADERMA cuenta con la gama de productos Exomega para el cuidado y la protección de pieles atópicas y muy secas.
AVÈNE, ofrece las gamas XeraCalm y Trixera que actúan sobre la dermatitis. Además dispone la línea de maquillaje Couvrance.
Artículo publicado en la edición número 38 de la revista Misión, la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.
