Por Marta Peñalver
1. Permiten conciliar trabajo y familia.
2. Son perfectos para quienes, a pesar del trabajo, quieren aprovechar las vacaciones escolares para pasar más tiempo con sus hijos.
3. Son ideales para los más pequeños y los niños que son más inseguros, puesto que duermen en casa.
4. Si optamos por campamento en casa o en la urbanización, evitamos desplazamientos.
5. Son más económicos que los tradicionales.
6. Se pueden organizar grupos de niños que ya pasan tiempo juntos: compañeros de clase, vecinos, primos… Así los niños se sentirán más seguros y se reducirá el riesgo de contagios.
7. Se evitan contratiempos por restricciones de movilidad entre comunidades autónomas y a nivel internacional.
8. Dan la oportunidad de mejorar el aprendizaje de idiomas.
9. Aunque los niños están libres de tareas escolares, los campamentos urbanos les permiten seguir aprendiendo cosas nuevas.
10. Ayudan a mantener rutinas, como, madrugar, respetar las normas, tener un horario ordenado y hacer deporte a diario.