Las Bienaventuranzas. La “Carta Magna” del cristiano
Pocos lugares hay tan santos como el monte de las Bienaventuranzas, un sitio realmente especial para Jesús. Allí acudió en numerosas ocasiones, quiso mostrarse al mundo y también enviar a sus discípulos a evangelizarlo antes de su Ascensión. Fue desde esta montaña desde donde quiso dejar los ocho escalones para alcanzar la vida eterna.