Por Isabel Molina Estrada
Carlo tenía frases muy claras que se han convertido en leitmotiv para la fe de muchos jóvenes: “La Eucaristía es mi autopista al Cielo”, “Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”… ¿De dónde sacaba Carlo la lucidez para pronunciar estas frase?
Carlo era un chico muy unido a Dios y de mucha oración. Siempre tuvo claro el camino a la santidad y estas frases las decía desde el corazón. Realmente él vivía lo que decía. La lucidez se la daba el Espíritu Santo, porque cuando uno está unido a Dios, el Espíritu Santo lo ayuda y lo inspira. Era un niño muy especial, irradiaba una luz que atraía a las personas. Fue un gran regalo de Dios para mí. Él me acerco a Jesús y me enseñó el sentido de la vida.
Parece que Carlo tenía prisa por ir al Cielo… ¿Por qué el Cielo no podía esperar?
Carlo supo ver que hemos sido creados para amar y ser amados; que El mismo Dios, que es amor, nos ha creado para fundirnos en su amor perfecto, que solo podremos encontrar en el Cielo; y que este mundo debe servirnos para la santificación y para ganarnos el Cielo. Por eso Carlo se apresuró en llegar al Cielo. Y desde ahí arriba nos ayuda y nos guía para que nosotros también podamos algún día alcanzar la felicidad plena.
La película muestra el trato que Carlo tuvo con Jesús en la Eucaristía. ¿Por qué la adoración eucarística era tan importante para él?
Carlo entendió la Eucaristía como la autopista para llegar al Cielo. Esta frase tiene un gran mensaje, que realmente es sencillo: solo tenemos que levantar la mirada y mirarlo a Él. Carlo nos invita a que nos demos cuenta de que Jesús mismo está presente en la Eucaristía y nos espera para guiarnos en el camino a la santidad. Cuando adoramos al Señor en la Eucaristía nuestra alma se ilumina. Al igual que cuando tomas el sol te bronceas, cuando estás delante del Señor tu alma se broncea. La Eucaristía nos da la luz y la capacidad de discernir qué quiere Dios de nosotros.
“Carlo fue un regalo de Dios para mí. Él me acercó a Jesús y me enseñó el sentido de la vida”
¿Cómo entendió Carlo la santidad?
Como la meta de todo cristiano. Todos estamos llamados a ser santos, que no es otra cosa que amar a Dios hasta el punto de que lo único que te importe sea estar con Él eternamente. La santidad es sencilla y humilde. Es llevar la cruz de Cristo en silencio y con una sonrisa. Carlo entendió que ser santo suponía decirle sí a Dios en este mundo y estar dispuesto a hacer su voluntad, aunque a veces no coincida con la nuestra. Amar a Dios hasta tal punto que solo queramos agradarle haciendo su voluntad.
“La meta de todo cristiano es amar a Dios hasta tal punto que solo queramos agradarle haciendo su voluntad”
Cuatro años después de la muerte de Carlo, usted tuvo dos hijos gemelos: Francesca y Michele. ¿Cómo es la relación que tienen ellos con su hermano del Cielo?
Tengo que decir que la ayuda de Carlo a sus hermanos es realmente extraordinaria. Él se ocupa de su educación; me ayuda en esta tarea. Francesca y Michele piden a Carlo todos los días para que les eche una mano, y experimentan la presencia silenciosa de su hermano con mucha naturalidad. Para ellos Carlo es uno más de la familia.
Carlo utilizó sus conocimientos informáticos para evangelizar. Muchos jóvenes de hoy son aficionados a los videojuegos, pero pasan horas vacías frente a las pantallas. ¿Qué consejo cree que les daría Carlo?
Les diría que levanten la mirada y que se fijen en lo que de verdad importa, en lo que los va a llenar. Los jóvenes de hoy tienen un vacío interior que intenta llenar con lo que la sociedad ofrece: el alcohol, el sexo, las drogas… Y realmente esto no los llena, sino que excava ese vacío que tienen. Carlo les diría que le den a Dios una oportunidad; que le abran su corazón. Él es el único que nunca los va a defraudar. Dios es amor y perdura para siempre. Nunca pasará.
Usted ha dedicado mucho tiempo a dar a conocer la vida de su hijo. ¿Qué la impulsa a hacerlo?
Creo que Carlo es un vehículo del que Dios ha querido servirse para que comprendamos que la vida terrena es una vida pasajera y que nuestra meta es lo infinito, la vida eterna. A través de Carlo el Señor está tocando el corazón de muchas personas, acercándolas a la fe. Cada día recibimos noticias de un posible milagro, de una conversión obrada por intercesión de Carlo… Esto es lo que me impulsa a dar testimonio de la vida de mi hijo.
“Carlo le diría a los jóvenes de hoy que le den a Dios una oportunidad; que le abran su corazón”
¿Cómo vivió el rodaje de esta película?
Ha sido una gran experiencia. El Cielo no puede esperar es una película que da a conocer aquello por lo que Carlo luchó en sus 15 años. Nos muestra el amor que él tenía por la Eucaristía, que es lo más importante de todo, y explica cómo la vida de Carlo en la tierra se encaminó a la santidad, que es a lo que todos estamos llamados.
¿Hay algo que su hijo le hiciera ver que debería transmitir en esta película?
Que tenemos que amar a Dios sobre todas las cosas. Vivir el primer mandamiento. Este primer mandamiento resume la vida de Carlo, que consistió en un amor continuo a la Eucaristía. Carlo me transmitió a mí este mensaje en su día a día, y me ha legado la misión de comunicar al mundo entero que Dios nos ama y estamos creados para amarlo.
“Mi hijo me ha legado su misión de comunicar al mundo que fuimos creados para amar a Dios sobre todas las cosas”
¿Qué beneficio espiritual cree que podemos sacar si vemos esta película?
El Cielo no puede esperar nos hace replantearnos la vida, darnos cuenta de si realmente estamos aquí de paso o para qué hemos sido creados. Te toca el corazón y te hacer ver la vida en color. Dios nos espera en la Eternidad y nuestra vida en la tierra es el camino para llegar al Cielo.
¿Cree que a una persona que no tiene fe también la va a disfrutar?
Esta película le dirá muchas cosas a las personas que están alejadas de Dios. Carlo hizo una página web sobre los milagros eucarísticos para evangelizar y llegar a aquellos que aún no creen para que se dieran cuenta de que Dios está realmente presente en la Eucaristía. Esta película de alguna forma está hecha para lo mismo: para que quien la vea se acerque más a Dios y se replantee su vida.
Carlo Acutis: una adolescencia santa
