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‘Cocinar para otros’: una entrega que sobrepasa los fogones

Los límites sociales que ha impuesto la pandemia no tienen por qué entristecer la Navidad. ¡Podemos darle la vuelta a la tortilla!

Paloma García Ovejero, periodista y corresponsal en el Reino Unido del Grupo Cope, y Susana Pérez, creadora de la web WebosFritos.es, en la que enseña a cocinar desde 2007, son amigas desde hace diez años. Aunque nunca se han visto en persona, su amistad ha comenzado a dar suculentos frutos para los demás.

Durante el mes de marzo, tuvieron la idea de lo que luego se convirtió en el libro Cocinar para otros (Webos Fritos, 2020). “Al inicio del confinamiento, las calles de Londres estaban desiertas, pero el que tenía hambre seguía necesitando comer, y no tenía a quién acudir. Los comedores sociales y las parroquias habían cerrado. Solo podían entregar comida para llevar”, explica Paloma. “Se me ocurrió preguntarle a Susana cómo podíamos hacer una selección de sus miles de recetas para ayudar a los que ayudan: quitarles la preocupación de pensar qué menús hacer para dar de comer caliente a otros y por poco dinero”, añade.

Entre charlas telefónicas y mensajes de WhatsApp, cuajó algo que superaba su proyecto inicial de repartir unas fotocopias de recetas con algunos dibujos. Cocinar para otros es una obra de arte culinario, disponible online de modo gratuito, que incluye 20 recetas y media (una se encuentra escondida), ilustradas con las sugerentes fotografías de Jesús Cerezo, marido de Susana, e indicadas para ser elaboradas para los más necesitados: “Se pueden cocinar en grandes cantidades, con el menor coste posible. Son fáciles de hacer y de transportar, y contienen ingredientes que no se estropean fácilmente y que se pueden sustituir”, explica Susana.

A prueba de kilómetros

Desde que Paloma supo de Susana en una campaña de Webos Fritos contra los tomates sin sabor, y Susana escuchó a Paloma en la radio, todo fue encajando como piezas de un puzle. Sus caminos parecían llamados a cruzarse, a pesar de los miles de kilómetros que median entre Guadalajara y Londres, donde vive cada una.

“La nuestra es la más bonita de las amistades, aunque no nos hayamos dado el abrazo deseado”, expresa Susana. “Cualquier mensaje que vaya a Susana, ella te lo devuelve en positivo. Es un frontón estupendo”, ríe Paloma.

Webos & London, apodo que se han puesto a sí mismas las autoras cuando su amistad pasa a la acción, aseguran que “las recetas que hacemos para otros, sean o no de este libro, siempre salen ricas si añadimos lo más importante: el amor de quien cocina. Cocinar para otros es un concepto que va más allá de saciar el hambre: nos hace salir de nosotros mismos para entregarnos, alimentando también los corazones”.

A remangarse

“El que tenga algo de dinero y de ilusión, que se remangue y se ponga a cocinar para otros”

No hay excusas para no ponerse el delantal para hacer más felices a los demás. “El que tenga algo de dinero y de ilusión, que se remangue y se ponga a cocinar para otros, porque a lo mejor ese aperitivo o postre especial que le llevas a alguien el día 25 de diciembre no solo le alimenta, sino que le despierta las ganas de volver a ser feliz o de tener algo que celebrar”, argumenta Paloma. Paradójicamente, “no es necesario saber cocinar. No todos tenemos que meternos en los fogones, pero sí podemos recoger excedentes del banco de alimentos o repartir raciones que otro ha preparado. Para llevar a la mesa de otros un gesto distinto vale saber conducir, cargar o hacer un pequeño centro de flores silvestres”, explica Paloma.

“Además –en caso de que se puedan celebrar reuniones–, este año no nos va a dar pereza arreglarnos y adornar la casa para que venga alguien, porque hemos tenido tantas carencias de afecto y de trato, que sentarse a la mesa acompañado ya no se da por descontado y eso nos ayuda a revalorizarlo”, puntualiza.

Susana y Paloma se despiden de Misión barruntando cuándo podrán verse. Esta no parece ser la época más propicia, así que, llegados a este punto, “mejor ya esperar a que todo esto pase”, concluyen. No les importa. Saben que algún día llegará ese abrazo. Seguro.

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