Por Javier Lozano
Artículo publicado en la edición número 67 de la revista Misión, la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.
- Todo comienza por los padres. El peligro de las pantallas no es exclusivo de niños y adolescentes. Difícilmente los hijos advertirán los riesgos de la sobreconexión si ven a sus padres “enganchados” a los dispositivos. Fijad reglas de uso que os comprometan a todos por igual: “En esta familia no cenamos con la TV encendida ni con el móvil en la mano”; “Cuando nos hablamos nos miramos a los ojos, no al móvil”…
- Conoce los riesgos. Las pantallas han supuesto avances, pero también retrocesos. Su uso abusivo puede provocar cambios en el cerebro, tanto en su tamaño, como en la conectividad y en las funciones de ciertas áreas relacionadas con la adicción. Puede afectar al desarrollo de los menores, y producir efectos físicos con riesgos para la salud como miopía, obesidad y déficit de atención.
- Alimenta la actitud lúdica y cultiva aficiones. Para evitar que las nuevas tecnologías rijan en el hogar, fomenta los hobbies y alimenta la actitud lúdica, esa capacidad innata que tenemos todos mientras jugamos, pero que si no se entrena se acaba oxidando. Para volver a apreciar el juego offline necesitan tiempo y espacio suficiente de juego libre, y tener otros niños y adultos para jugar con ellos. Evita que tus hijos estén siempre “agendados” (extraescolares, deberes…).
- Fomenta buenos hábitos. Por su diseño las pantallas están pensadas para generar adicción. La ausencia de hábitos saludables de sueño es una de las consecuencias más visibles. Muchos adolescentes trasnochan por estar pendientes de un like.
- No tengas prisa por dar a tus hijos un smartphone. No cedas a la presión social. Tus hijos no solo sobrevivirán sin móvil, sino que podrán ser más creativos, fomentar verdaderas amistades y ser más libres. Existen aún adolescentes que están creciendo sin estos dispositivos, sin ningún trauma o supuesto desajuste social.
- Cierra la puerta a la pornografía. Esta gran lacra social ha encontrado en las nuevas tecnologías un canal para entrar en la intimidad del hogar, sin discriminar por sexo ni edad. Utiliza filtros de contenidos, ten siempre la pantalla en un lugar visible y, sobre todo, sácala de los dormitorios por las noches. Así evitarás grandes sorpresas.
- Pasa más tiempo en familia. Las pantallas están ocupando un espacio que siempre ha cubierto la familia. La atención a los hijos se ha desplomado y ese hueco es llenado por otras actividades, no siempre buenas. Apaga a menudo el smartphone, olvídate de los likes y disfruta de la vida real: tu familia.
Nos han asesorado…
María José Abad, coordinadora del Proyecto Empantallados y del libro del mismo nombre.
Nacho Calderón, neuropsicólogo infantil y director de INPA (Instituto de Neuropsicología y Psicopedagogía Aplicadas).
Catherine L’Ecuyer, doctora en Educación y Psicología y autora, entre otros, de Educar en la realidad y Educar en el asombro.
Carolina Lupo, psicopedagoga del Instituto de Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra.
Imma Marín, presidenta de la consultora Marinva y miembro del Observatorio del Juego Infantil.
Marc Masip, psicólogo y coordinador del Programa Desconecta.
Pablo Olábarri, abogado, profesor, conferenciante en temas de familia y educación, y padre de 11 hijos.
Aric Sigman, psicólogo británico, especialista en adicciones.
Artículo publicado en la edición número 67 de la revista Misión, la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.
