A Pablo Pineda, y somos testigo de ello, los desconocidos le saludan por la calle, le hablan de su última aparición en la tele, e incluso la joven camarera del restaurante donde comemos tras la entrevista le pregunta, a los postres, si puede hacerse una foto con él. Su rostro es tan inconfundible como magnética su personalidad. Ha sido la primera persona con síndrome de Down en obtener dos títulos universitarios, pero “ese es un poco el Pablo personaje”. Para conocer al “Pablo persona” nos invita a su casa de Calpe donde charlamos de temas como el esfuerzo, la educación, el aborto, la familia o la fe.
Por José Antonio Méndez
PABLO PINEDA tiene calles con su nombre en varias ciudades de España; como actor ganó la Concha de Plata al Mejor Actor en el Festival de San Sebastián, por Yo, también. Es escritor, conferenciante, contertulio y hombre de récords: fue la primera persona con síndrome de Down en ir a un instituto en su Málaga natal; luego, el primero en Europa que se licenció en una carrera (Magisterio), y después, en una segunda (Psicopedagogía). ¿La clave de su éxito? Lo desvela en esta charla.
Es actor, autor de tres libros, da conferencias, trabaja con la Fundación Adecco… ¿Cómo presentamos a Pablo Pineda?
Todo eso es un poco el “Pablo personaje”. El Pablo persona es un tío muy sociable, disfrutón, un cachondo, que ve un niño y se enternece… Soy una persona feliz. Siempre lo he sido y sé que siempre lo voy a ser, porque el gen Down, ese cromosoma de más, nos hace personas felices. Soy súper alegre y optimista por naturaleza. Yo cuando salía de un examen y me preguntaban cómo había ido, decía: “¡peeerfecto!”. Más allá del personaje, soy muy normal.
Trata el síndrome de Down como anécdota. Pablo, ¿es síndrome de Down o tiene síndrome de Down?
Lo tengo, pero no lo soy. Por eso lo considero una anécdota. El verbo ser imprime sello, mientras que tener es un verbo auxiliar. Si digo que lo soy, me condiciona. Si digo que lo tengo, lo vivo como una característica más, pero no me limita.
Muchos lo ven como enfermedad. ¿Qué es el síndrome de Down?
Algo muy sencillo. Todos tenemos 23 pares de cromosomas, y algunas personas, en el par 21, tenemos, no dos, sino tres cromosomas. Eso es el síndrome de Down: una alteración cromosómica. Lo descubrió en el siglo XIX John Langdon Down, y como vio que englobaba muchas características, lo definió como síndrome. En el siglo XX, los médicos, al escuchar lo de síndrome, dijeron “es una enfermedad” y metieron la pata. No es una enfermedad. Yo, de lo único que estoy enfermo, es del pie [días antes de la entrevista tuvo un episodio de gota].
¿Cómo se comporta la gente con quien tiene síndrome de Down?
Hay una manera de actuar muy sintomática con nosotros: que te traten como si fueras tonto. Con las sonrisita, con el gestito, te cogen de la mano, te acarician la cara, “qué cosita más mona…”. Que tú piensas: “Ya me están tratando como si fuera imbécil”. Y luego lo del “pobrecito, está malito”. ¡Desde pequeño eso me daba un coraje enorme, porque yo me veía más sano que una pera!
«Lo digo bien claro: el aborto me parece un latrocinio, y más en el caso de los niños con síndrome de Down. Matas a tu hijo y te privas de vivir un montón de experiencias extraordinarias»
«La amniocentesis no me gusta nada porque un niño no es un plato de comida que puedes escoger»
«Los políticos tienen que facilitarnos las cosas que nos dignifican, no decir que unos tienen dignidad y otros no»