Por Margarita García
Artículo publicado en la edición número 61 de la revista Misión, la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.
El Papa instó hace dos años a todas las diócesis del mundo a que abrieran oficinas con las que la Iglesia pudiera acompañar y ayudar a todas las víctimas de abusos. Fruto de esta petición, la archidiócesis de Madrid puso en marcha, en enero de 2020, el Proyecto Repara.
En la última década, algo más del 70 % de los niños y adolescentes que han sido víctimas de abusos sexuales los sufrieron dentro de su círculo de confianza: en el entorno familiar o en actividades escolares. Así lo revela el último estudio de la fundación ANAR, que también recoge cómo un 0,2 % de los abusos a menores tuvieron lugar en el entorno eclesial.
Esta cifra, que para muchos podría resultar un alivio (“un 0,2 % no es tanto”), para la archidiócesis de Madrid es una herida tan terrible como para ponerse manos a la obra en la atención, reparación y prevención de los abusos.
Para muchas de las 85 víctimas que han atendido en un año, el primer alivio es sentir que alguien les cree
Ayudar a todos
Así fue cómo, en enero de 2020, se puso en marcha el Proyecto Repara, una oficina a través de la cual se reconoce a las víctimas, se previene contra los abusos, se presta auxilio espiritual, jurídico y psicológico, y se repara, en la medida de lo posible, el daño causado.
Para toda esta tarea, que coordina el catedrático de Filosofía de la Universidad Pontificia Comillas Miguel García-Baró, Repara cuenta con un amplio equipo de profesionales que actúan según lo que la víctima necesite: un proceso jurídico civil o eclesial; un acompañamiento psicológico y espiritual… Porque como García-Baró reconoce para Misión, para la gran mayoría de las 85 víctimas que han atendido en su primer año, “el primer alivio es sentir que alguien les cree”.
El objetivo del Proyecto Repara es extender la atención a toda la sociedad, y no solo a víctimas, sino también a los agresores. Sus cifras revelan que, en lo que va de año, han atendido a 40 personas, de las cuales 26 han sido víctimas en contexto intrafamiliar y laico, 11 en un contexto religioso, y 3 son victimarios.
Formación coordinada
Otra de las patas que sustenta este proyecto es la formación. Desde que Repara abrió sus puertas, se ha llevado a cabo, en la archidiócesis de Madrid, un curso de formación y prevención de abusos –en el que participaron 48 personas–, y ya están en marcha dos más para los próximos meses de octubre y febrero.
Todo ello por explícita petición del cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, para que tanto en colegios, como en parroquias, movimientos y congregaciones se trabaje en la creación de espacios seguros para la infancia. Y con todo ello no se trata de hacer un “lavado de cara” a las instituciones eclesiales, afirma García-Baró, sino que “trabajamos mirando al futuro sin olvidar el pasado. Hay cosas que se han hecho muy mal”.
Prevención y sanación
Desde Repara afirman que los abusadores se aprovechan de “las relaciones de disimetría” (colegios, direcciones espirituales…). Por eso, aquel que va a estar en posición de superioridad tiene que conocer bien sus límites y su fragilidad.
Pero también es importante dar a conocer las heridas que se generan: pérdida de la relación con Dios, ruptura de la confianza en la familia, en la sociedad y en uno mismo… Gracias a Dios y al esfuerzo responsable de esta iniciativa eclesial, “vemos que la gente revive al ser por fin escuchada y debidamente cuidada”, asegura.
Artículo publicado en la edición número 61 de la revista Misión, la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.
