La revista más leída por las familias católicas de España

La revista más leída por las familias católicas de España

Charlas literarias con los hijos: un combustible para el alma

Si “contar es encantar”, como decía Gabriela Mistral, “conversar es acoger”, como señala el filósofo Humberto Giannini, y más aún cuando se trata de nuestros propios hijos. Y es que uno de los grandes placeres de leer es poder compartir con las personas que más queremos lo aprendido en los libros

Por Miguel Sanmartín Fenollera

Artículo publicado en la edición número 67 de la revista Misión, la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.

Uno de los regalos más maravillosos y extraordinarios que nos hacen los libros es ofrecernos la ocasión de conversar. Porque, aunque quizá sea algo que se encuentre hoy muy olvidado, los libros todavía pueden ser causa, chispa y combustible para un incendio en el corazón y en el alma, y desencadenar así un diálogo apasionado y fructífero.  

Estas charlas literarias se revelan de especial importancia cuando tiene lugar entre padres e hijos. A través de ella los chicos se enriquecerán, no solo porque ampliarán los horizontes de aquello sobre lo que hayan leído, sino también porque podrán comenzar a aprender los rudimentos de lo que en su día fue considerada una de las más refinadas artes, el ars bene dicendi, el arte del bien hablar. Un arte perdido que tiene como finalidad, nada más y nada menos, que ayudarnos a estar más cerca los unos de los otros mediante el perfeccionamiento de nuestra innata y muy particular facultad del habla.

Además, por si fuera poco, conversar nos ayuda a pensar, y a hacerlo correctamente. Sabemos que el pensamiento sigue el ritmo de las palabras, en las que se encarna. Sin esa expresión exterior a través del lenguaje no reflexionaríamos, o lo haríamos mucho más deficientemente. Esta deuda del pensamiento con el lenguaje aconseja la manifestación verbal del pensamiento a través del diálogo, que es su uso más humano, pues somos seres sociales por naturaleza, como decía Aristóteles.

Por ello, en toda familia se debería instaurar, como un hábito muy sano, la costumbre de que padres e hijos hablen de sus lecturas, y lo hagan antes, durante y después de las mismas. También resulta conveniente fijar un momento para que esta charla tenga lugar; por ejemplo, antes de dormir.

Así que planifiquen estas conversaciones, improvísenlas y aprovechen cualquier excusa u ocasión para desencadenar en familia charlas que tengan por causa y razón los libros. Conversen, conversen con sus hijos sobre, ante, para, tras, durante… salvo, sin y contra, charlen con ellos de libros de la mano de todas las preposiciones, y háganlo con sensibilidad, curiosidad y… con paciencia, mucha paciencia. Les ayudará a construir o restaurar con ellos esos puentes y caminos que nunca deben faltar entre padres e hijos.

Preguntas para iniciar la conversación

Preguntas fácticas (para asegurarnos de que está entendiendo la historia): “¿Dónde vive (un personaje)?” o “¿Quién hizo (algo concreto)?”…  Invitaciones a interpretar: “¿Cómo crees que se siente (un personaje)?” “¿Qué está pasando ahora?”… Invitaciones a juzgar: “¿Qué te parece lo que acaba de hacer (un personaje)?” o “¿Por qué crees que ha hecho eso o ha pasado aquello?”… Invitaciones a imaginar: “¿Qué crees que hará ahora (un personaje)?”, “¿Qué sospechas que va a pasar?”…

Artículo publicado en la edición número 67 de la revista Misión, la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.

¿Te ha gustado este artículo?

Para que disfrutes de más historias como esta

ARTÍCULOS RELACIONADOS

ARTICULOS DE INTERÉS

ARTICULOS DE INTERÉS

ÚLTIMA EDICIÓN

MARZO, ABRIL, MAYO 2024

MARZO, ABRIL, MAYO 2024