La oración conyugal y familiar: «Es Dios quien va llenando nuestro matrimonio»
Ya lo dijo Jesús: “Cuando dos o más se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo”, y el lugar más natural para hacer viva su presencia entre nosotros es la familia. De la oración personal nace la oración conyugal, y de ella, a su vez, se nutre la oración familiar. Las tres tienen un orden, como una escalera de tres peldaños, para transmitir la fe a los hijos y que el hogar sea un foco que irradia a Dios en la sociedad.